Wednesday, August 6, 2008

La cabeza de “La mujer sin cabeza”



Lucrecia Martel (Salta, Argentina) recién llegada del Festival de Cannes, donde estuvo por la nominación obtenida de su tercer largometraje ‘La mujer sin cabeza’, con el que pretende superar los éxitos que alcanzó con sus anteriores películas: ‘La ciénaga’ (2001), ganadora en los festivales de Berlín, la Habana, Toulouse y Sundance, y ‘La niña santa’ (2004), nominada a la Palma de Oro.

‘La mujer sin cabeza’ narra la historia de una mujer quien atropella ‘algo o a alguien’ mientras conduce de vuelta a su casa, luego de haber pasado una tarde de piscina con sus amigas. La película cuenta con las actuaciones de María Onetto, Claudia Cantero e Inés Efrén; fue rodada en la provincia de Salta (Argentina) y estuvo co-producida por ‘El Deseo’, de los hermanos Pedro y Agustín Almodóvar, quienes anteriormente también co-produjeron ‘La niña santa’ de esta directora argentina.

Por Daniel Duque en entrevista hecha para El Universal (Buenos Aires, Junio 2008)

¿Tienes algún recuerdo de Venezuela?

Conozco a una directora y a una guionista, ahora no recuerdo sus nombres, porque eso fue hace tiempo en una reunión de cine hecho por mujeres.

¿Conoces a Margot Benacerraf?

Recuérdamela un poco.

Fue quien fundó la Cinemateca Nacional en 1966, estudió cine en París y ganó el premio de la crítica en Cannes con su película Araya.

No, no fue a ella. Te hablo de la directora de una película de la mujer de un policía.

Ah, conociste fue a la Directora de Macu, Solveig Hoogesteijn.

Ella, la conocí en Guadalajara, y a la guionista de esa misma película la conocí en Brasilia. Una vez me invitaron a Venezuela cuando estrené “La Ciénaga”, y me moría de ganas de ir porque nunca he estado pero me coincidió con algo y no pude.

1 comment:

Silvio said...

Recién vi al película (hace 10 minutos la saqué del DVD) y realmente lamento no haber visto en el cine semejante obra de arte. Una metáfora increíble acerca de la ambivalencia moral de la burguesía. Los momentos son tensos y el espectador acostumbrado al cine de Hollywood espera con ansias el momento en el que la película comience, cuando en realidad la película comienza cuando comienza, no tiene una cúspide, es un gran todo, repleto de maestría.

Creo que Lucrecia Martel va a seguir sorprendiéndonos muy gratamente.